CRISTIAN GROSSO Nunca se aleja del hombre cualquiera. Hace un par de días, todo el estadio Giuseppe Meazza le regalaba una conmovedora ovación. Ayer, en el magnífico Arena O2 de Londres, era él el que saltaba de la butaca una y otra vez para aplaudir a Rafael Nadal y Novak Djokovic mientras definían el Masters. Javier Zanetti volvió a jugar 195 días después de la rotura del tendón de Aquiles izquierdo, y a la mañana siguiente ya estaba caminando por la comercial Regent Street londinense. Una escapada con Paula, su compañera de toda la vida, para disfrutar del Soho bajo una suave llovizna. Esta tarde la agenda marcará volver a entrenarse en la Pianettina, porque la leyenda de Inter se ha propuesta seguir haciendo historia.

El teléfono no había parado de sonar el sábado pasado por la noche, después de haber ingresado en el final ante Livorno. Javier se dedicó a atenderlos uno por uno, hasta entrada la madrugada cuando regresó a su casa a orillas del lago de Como, tras cenar en El Botinero, su restaurante en el centro de Milan. Allí, una enorme torta con una singular decoración había sido el centro de lo festejos. ¿Singular? Sí, estaba decorada con una cinta de capitán con dos fechas: 27 de agosto de 1995, Vicenza; 9 de noviembre de 2013, Livorno. Sí, aquel primer partido en el calcio y este segundo debut... 18 años más tarde.

Pupi parece inoxidable, no tiene fecha de vencimiento. Horas después de ser operado en el Policlínico San Matteo de Pavia, a través de la línea telefónica gritaba "olvidaaaaaaaaaaaaaaate", así, alargando la "a", cuando a finales de abril escuchaba si podía ser el cierre de su carrrera. "Esto lo voy a superar; vuelvo a los 40 con el tanque lleno", aseguraba. Los 40 los cumplió el 10 de agosto... y acá está Javier, con 607 partidos por Serie A rumbo al récord histórico del calcio que tiene Paolo Maldini con 647. No hay imposibles para Pupi. Kobe Bryant, con 35 años, sufrió la misma lesión el 12 de abril de este año, un par de semanas antes que Javier, y su regreso es aún una incógnita.

-¿En algún momento temiste no volver a jugar?

-No, nunca. Al contrario, siempre supe que volvería. La recuperación fue siempre en alza, nunca me perdí ni un día y cada jornada completé todos los trabajos. Sabía que volvía, lo sentí desde que me lastimé. Jamás se sentí un ex jugador porque estuve todo el tiempo que pude con mis compañeros, no dejé de ir a la Pianettina y hasta compartí parte de la pretemporada en los Estados Unidos, aunque yo todavía no podía ni tocar una pelota. Nunca dejé que me pasaran ideas raras por la cabeza, siempre fui positivo.

-¿Pero estos meses te sirvieron para imaginar tu vida después del retiro?

-Eso sí. Y me di cuenta que fuera de una cancha hay muchas cosas por hacer. Por ejemplo, sin dudas la función de dirigente está escrita en mi futuro. En este tiempo le dedique mucho más tiempo a mi familia, disfruté mucho más de ellos, y pude volcarme más al desarrollo de la Fundación. Sé que el retiro va a llegar alguna vez, pero ahora pude ver que en mi caso no será traumático.

Durante este tiempo, Javier se involucró aún mucho más en las tareas de la Fundación PUPI. Eventos, obras benéficas, subastas y viajes. Uno de esos viajes fue... a Palermo, sí, la ciudad de la lesión en el estadio Renzo Barbera. "Para la noche de ese día que me lastimé estaba prevista una cena de la Fundación en la isla, en Sicilia... que se suspendió. Pero volví, con muletas pero volví, y cumplimos. La gente me recibió con mucho cariño. Porque ése ha sido un costado positivo de la lesión: el cariño de los hinchas me desbordó, me emocionó. Llamados, cartas, mensajes de todo tipo, de todos los lugares... El diario Tuttosport, que es de Turín, que sigue la campaña de Juventus, abrió especialmente en su página web un espacio para que los tifosi me escribieran... y colapsó. Me pasaron cosas increíbles que agradezco muchísimo... Como la presentación de mi libro autobiográfico, Giocare da uomo ( Jugar como un hombre ), que ya vendió 35.000 copias y el 9 de diciembre será presentado en la Cámara de Diputados de Roma, algo sin antecedentes".

Todos se ocuparon de él. Desde Maldini hasta Mourinho. De Roby Biaggio a Balotelli. Un día sonó el celular de Javier... "...Y no atendí porque no reconocí el número. Pero me dejaron un mensaje... y era David Beckham. Me deseaba lo mejor, una pronta recuperación... muy amable porque él también se había roto el tendón de Aquiles en 2010. Pero algunas semanas después, cuando ya me habían operado, volvió a llamarme y esta vez lo atendí; entre su italiano básico y mi inglés elemental charlamos un rato; me sorprendió, porque no se quedó con dejarme un saludo, sino que también se interesó por mi evolución. Un caballero David".

-¿Y ahora? ¿Y el futuro?

-Yo quería volver a jugar al menos un partido. A los 40 disfruto mi segundo debut, pero sé que esto acá todavía no se termina. Tengo contrato hasta mediados de 2014 y ahí veré qué hago. Dependerá de cómo me sienta y de cuáles son los proyectos del club, que en unos días estarán más claros porque el 15 de noviembre, en la Asamblea, los nuevos accionistas mayoritarios se presentarán (el grupo indonesio encabezado por el magnate Erick Thohir compró el 70% de Inter en 476 millones de dólares; el 30% restante lo mantuvo la familia Moratti). Pero si depende de mí, si me sigo sintiendo útil, no descarto seguir jugando...

Entró el sábado cuando quedaban ocho minutos para el final del partido con Livorno y todo el público en el Giuseppe Meazza se paró para homenajearlo. Se detuvo el tiempo para recibir a la leyenda. Ingresó por el volante argelino Saphir Taider, que andaba por los 3 años de edad cuando en 1995 Pupi era contratado por Inter. Los sepultureros de ilusiones no debían apresurarse, el hombre nuclear apenas estaba herido. Pero siempre de pie.

Son los partidos que acumula Zanetti en su carrera. En toda la historia apenas lo superan Peter Shilton (1390), Roberto Carlos (1127), Ray Clemence (1118) y Rogério Ceni (1106).