Un latigazo de Zahíbo dejó en Paterna un reparto de puntos que sabe mejor al Mestalla que a Huracán. Los de Toni Seligrat ya se veían con los tres puntos en el bolsillo cuando el '6' equilibró la balanza en la última acción del partido. Cuando nadie lo esperaba. Eran minutos de desconcierto y desesperación para el filial, debilitado con la expulsión de Iban. Huracán estaba en su salsa, pero se encontró con un jarro de agua fría inexperado y sin capacidad de reacción.

Los primeros veinte minutos tuvieron dominio blanquinegro. Seligrat todavía debe encajar las piezas del nuevo puzzle. El técnico apostó por un once sin una referencia ofensiva fija, dejando a Tariq y Cubillas en el banco. Aridai, con su movilidad, era un '9' de los que bajaba a recibir y se venía a las bandas. Fueron unos primeros compases de atrevimiento che, con cerco a la portería de Paco. Los laterales se incorporaban constantemente al ataque aún sabedores del riesgo que suponía. Una acción de Nacho Gil y un remate al poste de Cedrick salvaron a Huracán, que vio la luz ofensiva a balón parado. En un saque de esquina, Migue estrelló el cuero en los guantes de Álex Sánchez. También lo intentó Shaq Moore en una galopada que culminó con un disparo despejado por el meta del filial. A partir de la media hora, Huracán ya carburaba y fue llevando el encuentro a su terreno.

La mejoría mostrada por el conjunto de Seligrat en el último tramo de la primera parte tuvo continuidad. El encuentro decreció en intensidad. El juego se volvió más físico y el balón parado en algo primordial. Por ahí nadaba a sus anchas Huracán. Era el arma a explotar. Y así fue. Álvaro recogió un rechace tras un córner y soltó un disparo mordido ante el que nada hizo Álex Sánchez. A partir de ahí, Huracán juntó líneas. Víctor Marco entró en el terreno de juego y comenzó a achicar balones. La consigna era clave: defender el 0-1. Curro Torres movió el banquillo y el filial pasó a tener la posesión. Un dominio estéril. El cielo se nubló para los anfitriones con la expulsión de Iban, que soltó la mano a un defensor visitante. Que se moviera el marcador parecía una utopía. A Huracán no se le suele escapar un resultado a favor. Y más cuando su rival está con un futbolista menos y deja espacios. Seligrat maneja estas situaciones a las mil maravillas. Sin embargo, esta vez hubo excepción. Con todo a favor, un misil de Zahibo limpió las telarañas en el descuento. Un punto rescatado que sabe a oro al filial. No puede decir lo mismo Huracán, en fase de construcción. A buen seguro que los de Torrent no pararán de dar alegrías cuando estén más rodados. Plantilla hay de sobra. Resultado justo.