PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORTMEDIA Los cadetes B del Ribarroja y Rocafort entretenieron a los valientes que madrugaron el pasado sábado para acudir al Roberto Gil. Un encuentro lleno de emoción y que terminó llevándose el conjunto entrenado por Juanan. Los locales se emplearon a fondo y nunca dieron su brazo a torcer.

 

En los primeros compases, el Rocafort quiso marcar el territorio; se adueñó del centro del campo y trató salir con la pelota jugada desde atrás con la calma necesaria para encontrar los espacios entre la ordenada defensa rojilla. Álvaro y Alvarito no supieron definir ante el portero, mientras que Quique lanzó por arriba del travesaño y balón que se encontró  en el punto de penalti. A renglón seguido, un testarazo de Álvaro se marchó cruzado. A la media hora, los visitantes golpearon a pelota parada. Un saque de esquina lo empalmó Meliá en el segundo palo para que el cuero entrara por toda la escuadra tras besar el larguero.

 

El Ribarroja no bajó los brazos y compitió. Los anfitriones generaron peligro a pelota parada y el empate estuvo cerca. Álvaro tuvo la sentencia, pero una gran palomita del portero evitó el 0-2. A los 65 minutos, el mismo futbolista se marchó envelocidad y batió con un tiro raso al portero del Ribarroja para anotar el definitivo 0-2. El cadete B local no se rindió y cerca estuvo de recortar las diferencias con un cabezazo que besó el palo. En la otra área, Álvaro envió el balón a las nubes en posición inmejorable.