PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORTMEDIA El esfuerzo y la fe acaban moviendo montañas. La persistencia del Alevín A del Ribarroja terminó dando resultado en una gran segunda mitad. Los de Camp de Túria levantaron el encuentro ante el Moncada y le dedicaron el triunfo a su capitán. Marcos estaba ausente por lesión y su sonrisa a buen seguro que apareció cuando sus compañeros le hicieron partícipe del triunfo. Todo un detalle de solidaridad  y que refuerza el espíritu de grupo de este equipo.

 

El panorama no pintaba bien, dado que el Moncada se adelantó en el marcador y propuso un fútbol un poco trabado a partir de ahí. El Ribarroja, en cambio, en ningún momento se vino abajo. A base de tocar, la portería rival continuó siendo el objetivo. Los jugadores aplicaron al dedillo todo lo planeado durante la semana.

 

Tras el descanso, el equipo mejoró y Nico marcó el tanto del empate. Un resultado merecido a todas luces. El alevin A siguió inquietando la portería rival y, a cinco minutos de la conclusión del partido, llegó el 1-2.  Carlos desbordó por la izquierda y su potente lanzamiento entró por el palo largo del portero. Una obra de arte que significó la victoria.

 

Respecto a otros equipos de fútbol 8 de la escuela, el benjamín A del Ribarroja tiró de autoridad para salir victorioso del campo del Moncada (1-3). Un partido que los rojillos encarrilaron pronto para sestear en la segunda mitad. Por su parte, el prebenjamín A rescató un punto ante el Llíria después de ir perdiendo por 0-2. Un resultado engañoso con el que se llegó al descanso. Los chavales nunca dieron su brazo a torcer y creyeron en sus opciones. Hasta el punto que, en los últimos cinco minutos, Pau anotó dos goles  que sirvieron para rescatar un meritorio punto.