SERGIO IZQUIERDO/GOLSPORT MEDIA Una de las máximas más famosas en el fútbol es, que cuando las cosas van bien, mejor no cambiar nada. Esa la idea que tiene Juan Antonio Pizzi de cara al próximo compromiso del Valencia en el Sánchez Pizjuán. El técnico argentino tiene previsto alinear al mismo once que goleó al Betis en Mestalla, con la única "novedad" de la vuelta de Ricardo Costa en el lugar del suizo Senderos.

Como pudo observarse en el entrenamiento del conjunto valencianista, Pizzi no escondió sus cartas y pudo cláramente cuáles son los elegidos para la batalla de Sevilla, que como casi siempre promete ser un partido para hombres, y en el que para conseguir los tres puntos habrá que ponerse el mono de faena y luchar cada balón como si fuera el último. 

El Sevilla no es el Betis

Como pudo observarse el pasado sábado en el partido entre el Valencia y el Betis, el conjunto sevillano es ahora mismo un equipo desangelado, sin alma, que deambula por el campo sin mostrar ninguna intención de querer salir del pozo en el que se encuentra sumido, conclusión, el Valencia sin hacer un gran partido, le endosó una manita y perfectamente podrían haber sido más.

Pero el Sevilla aunque ahora mismo este pasando por un bajón de juego, muy típico de los equipos de Emery, ya en los años de Valencia era de capaz de pasarse dos meses sin conocer la derrota y después todo lo contrario, ahora mismo es un equipo peligroso, con buenos jugadores de banda como Vitolo y mucha rapidez en punta, donde la zaga valencianista deberá estar muy atenta con el colombiano Bacca y el fichaje frustrado Kevin Gamerio, todos ellos dirigidos por Rakitic que esta cuajando la mejor temporada desde que llegó a Sevilla.

Por su parte el Valencia espera que Paco Alcácer continue con su idilio con el gol, lleva 4 en los últimos 3 partidos, y al excelente momento de forma del argelino Sofiane Feghouli que contra el Betis dió todo un recital de regates, velocidad, y que está en un buen momento de cara al gol. El único "pero" que podría tener Pizzi si decide volver a decantarse por el 4-2-3-1, con J. Fuego y Parejo en el medio es la dificultad para crear juego desde atrás y así poder la posesión del balón el mayor tiempo posible, ya que como pudo verse frente la Betis, el Valencia no se encontraba cómodo del todo con este sistema ya que Parejo tenía que retrasar demasiado su posición para comenzar el juego valencianista y eso provocaba un vacio en el centro del campo que obligaba a jugar en largo demasiadas veces.