OSCAR OLMEDO/MARCA Un gol de Piti en el minuto 90 desniveló la balanza de errores y aciertos que hasta ese momento mantenían Levante y Granada. Un partido que concluyó 15 minutos más tarde de lo previsto por culpa de un apagón que dejó sin luz a todo el barrio de Orriols durante el descanso.

15 minutos también fue el tiempo del que dispuso Piti para dejar su sello en su vuelta a los terrenos después de la lesión de isquiotibiales que amargaba al catalán desde septiembre. En una falta perfecta para su perfil, de esas que en Vallecas le hicieron un nombre en Primera, colocó el balón con su zurda lejos del alcance de Keylor Navas, al que tapó Iturra en la última trampa legal de nuestro fútbol.

Fue la única vez en toda la noche en que los porteros, los más destacados hasta ese momento sobre el verde, no pudieron con los atacantes. En la primera parte Roberto detuvo un dudoso penalti cometido por Iturra sobre El Zhar que el propio marroquí malogró. Un compatriota suyo, El Arabi, dispuso de la ocasión más clara del bando contrario: un remate de cabeza a bocajarro que salvó Keylor Navas con otro paradón que unir a su amplia lista de esta temporada.

Roberto lo sabía
El Zhar lanzó el penalti del mismo modo que lo ejecutó la semana pasada ante el Espanyol y Roberto, claro, le adivinó el disparo. Error (o acierto) que lo habría cambiado todo en un partido abocado al empate hasta que apareció la zurda de Piti.