domingo 06 octubre 2024
Perbet aleja el maleficio copero y sirve otra ronda 18/12/2013
JOSÉ LUIS LIZARRAGA/ELPERIÓDICOMEDITERRANEO.COM Aquino en El Madrigal y Perbet en el Martínez Valero ejercieron de brujos para ahuyentar ese maleficio que persigue a los amarillos en la Copa del Rey. Astérix plasmó la notable superioridad que el Submarino ha mostrado en esta primera eliminatoria del torneo del KO con un golazo de crack que hacía justicia a la injusticia del 2-2 con el que se encontró el Elche en el partido de ida. Marcelino demostró, una vez más, que sus equipos salen siempre a competir. No hubo susto en esta ocasión y el Villarreal superó sus complejos coperos, esos que tantas veces, y ante equipos de inferior categoría, le apeaban a las primeras de cambio del torneo. Con paso firme, el Submarino está en los octavos de final, donde espera ya al ganador del Real Sociedad-Algeciras para conocer su rival (1-1 en la ida). El sábado regresa la Liga, ante un aspirante a Europa como el Sevilla.
SIMILARES PRESTACIONES // El Villarreal mostró las mismas virtudes e idénticos defectos, con un balance favorable para lo primero, pero restando mucho brillo a su rendimiento global lo segundo. El control del balón y el dominio aparente del partido se mantuvieron en la personalidad del Villarreal, a pesar de que su faz exterior era diametralmente distinta a la habitual, puesto que Marcelino introdujo ocho cambios respecto al once que jugó en el Camp Nou. Una revolución en toda regla, obligada por el enorme esfuerzo que los amarillos hicieron en Barcelona y también por la proximidad del siguiente compromiso liguero, fundamental para los intereses groguets en su intención de volver a Europa, ya en El Madrigal.
Así, solo Pina, Dorado y Aquino conservaron su sitio en la formación titular en el Camp Nou. El resto, todo diferente, aunque el regreso de Bruno era un plus para un equipo que con él adquiere un potencial especial.
El Villarreal apuntaba buenas maneras y el aseado trato del balón que le distingue, pero le faltaba ese punch que sigue sin encontrar cuando el balón alcanza los tres cuartas partes de campo y se acerca al área rival. Era demasiado evidente que Moi Gómez dista, ahora mismo, de ofrecer las prestaciones de Cani, en tanto que la pareja atacante Jonathan Pereira-Perbet tampoco exhibieron argumentos suficientes para superar a un Elche que se sintió demasiado cómodo para amurallar la portería de Toño.
Atrás, el Submarino no sufría, aunque tampoco hacía sufrir a su rival. El conjunto de Fran Escribá no arriesgó lo más mínimo, limitándose a dejar pasar los minutos y a esperar que su adversario, que era quien debía ponerle una velocidad y un ritmo fuerte al choque, mostrara sus cartas. El 2-2 de la ida era un talón con cifras importantes para asegurar el pase a octavos. El Villarreal hubiera estado bien si, en lugar de la Copadel Rey, estuviera jugando la Liga, pero anoche tocaba el torneo del KO y, para evitarlo, era obligado hacer más méritos.
CONTROL Y MÁS CONTROL // El Villarreal continuó, ya en la reanudación, con el control del juego y del partido. Pero eso no bastaba. El Elche no hacía ni cosquillas, pero había que marcar y la fluidez en ataque se antojaba insuficiente dado la escasa ratio ocasiones/goles que presentan los amarillos. El Submarino necesitaba una genialidad o un toque distintivo. Ese plus de calidad salió, en estaoportunidad, de las botas de Perbet. Astérix destapó el tarro de las esencias con un golazo a lo Messi que dio un vuelo radical a un pulso que pintaba mal.
El 0-1 diseñaba un escenario diferente. La presión y la necesidad de tomar la iniciativa pasaba a manos del Elche. Y eso, sin duda alguna, no se le da tan bien al equipo de Escribá como defender y esperar a verlas venir.
El Submarino ya se quitó un peso de encima y deparó sus mejores momentos. Incluso acarició el 0-2, pero Pereira se emborrachó de balón y quiso hacer la guerra por su cuenta en una acción en la que tenía dos claras opciones de pase, ambas a portería vacía, pero optó por la jugada de Maradona y echó por la borda la posibilidad de sentenciar la eliminatoria.
EN EL ALAMBRE // El Elche continuaba vivo. El Villarreal seguía siendo mejor, pero con el peligro de que un gol de su rival le dejara fuera de la competición por el doble valor de los goles fuera de casa. En defensa mantenía la seriedad, pero el Elche tuvo su única clara ocasión de gol a 10 minutos del final. No pasó nada.
La Copa reeditaba esa emoción que la hace diferente. Esta vez no hubo maleficio. El mejor exorcismo fue la actitud y el espíritu de un equipo que siempre compite. Los octavos esperan al Villarreal y, con ellos, la oportunidad de continuar soñando despierto.
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