CRISTINA RIPOLL. La jornada 11 de División de Honor vendrá marcada por el derbi entre Elche CF y Alicante CF. Más allá del convenio de filialidad que ambos mantienen y que hará que el encuentro sea especial para muchos jugadores, destaca la rocambolesca historia del portero Marcos que este año ha vestido la camiseta de ambos equipos.

Este verano el Elche CF firmó con el Alicante CF un convenio de colaboración con el que ambos clubes trabajarán en cooperación durante las próximas tres temporadas. Este es el motivo por el que más de la mitad del División de Honor celeste está formado por jugadores procedentes de la cantera franjiverde. Entre ellos estaba el portero Marcos Morales.

Marcos comenzó la pretemporada con el Elche pero dos días después fue cedido al conjunto celeste. Su buen trabajo le llevó a ser el portero escogido por el técnico Javier Ortiz durante las seis primeras jornadas de liga, después recibió la llamada de un Elche sorprendido por su excelente mejoría durante dos meses y de un día para otro se hizo con la titularidad en el juvenil franjiverde. Por ese motivo el partido de este fin de semana será especial, tanto que Marcos tendrá el corazón dividido. “Me trataron muy bien en el Alicante y tengo buena relación con mis ex-compañeros, cuerpo técnico y gente del club. Les deseo lo mejor a todos, menos en este partido, Una vez entras en el campo, ya no hay amigos”.

Asentado ya en el Elche, Marcos asegura el día que le comunicaron el cambio de aires apenas tuvo tiempo para asimilarlo. “Recibí la noticia con mucha ilusión y evidentemente lo afronté con muchas ganas. La verdad es que fue todo muy repentino, se me comunicó un martes y el miércoles ya estaba entrenando con mi nuevo equipo, así que no me dio tiempo de parar y asimilarlo”. A este joven portero nunca le había sucedido nada similar si bien es consciente que para triunfar hay que saber adaptarse a los cambios. “Fue una situación extraña ya que transcurrió de un día para otro. Pero al fin y al cabo si quieres jugar a buen nivel tienes que estar preparado para los cambios y estar centrado en entrenar y mejorar cada día sea en el lugar que sea”.

Por ese mismo motivo su adaptación al Elche fue progresiva y desde su llegada ha sido él quien ha defendido la portería ilicitana. “El primer partido jugué como titular por  sanción de mi compañero Millán. Ese día la verdad es que andaba un poco perdido, ya que Ramón (mi entrenador) me pide que juegue bastante adelantado y yo no estaba acostumbrado. A partir de ahí el entrenador ha decidido que jugara tres partidos más, no me siento titular porque tanto Millán como yo trabajamos a tope durante la semana y es el míster quien decide el día del partido”.

Sobre qué equipo llega mejor al derbi, Marcos opina que “llegamos en igualdad de condiciones, ambos equipos venimos de perder la jornada pasada. Nosotros lo afrontamos con muchas ganas de hacer un buen partido y sumar tres puntos importantes”. Sus excompañeros, con los que asegura mantiene una muy buena relación, ya le han advertido que le tienen muchas ganas. “Hay más de uno que ya me ha dicho que quiere meterme unos cuantos jajaja como por ejemplo Vélez, Joaquín, Franco, Manu, Juanjo e incluso Javi Llor anda por ahí metiendo baza”.

Larga trayectoria deportiva

Viendo la buena relación de Marcos con sus antiguos compañeros parece que lleve toda la vida en el Alicante, si bien el jugador llegó este verano a Elche. Me vine a vivir a Elche porque mi padre se mudaba aquí. Cuando supe la noticia, estaba jugado en el Rayo Vallecano y en durante la Semana Santa estuve entrenando aquí en Elche. Me dijeron que volviera en pretemporada y se tomó la decisión de que pasara a formar parte del Alicante”. Marcos Morales Marcos (Madrid , 18 de abril de 1995) decidió ser portero desde muy pequeño porque cuando su padre le lanzaba el balón, él se tiraba a buscarlo con las manos. Comenzó a jugar a fútbol con seis años en el equipo de su barrio (Rivas-Vaciamadrid) hasta que terminó benjamines. Después estuvo dos años en el Rayo, posteriormente pasó a engrosar las filas del Real Madrid y tras dos años en el club se marchó al Getafe donde estuvo un año y medio. Dado que aquella temporada no jugaba mucho se marchó al Leganés buscando minutos. En la temporada siguiente se fue al CD Covibar, otro equipo de su barrio, y después le fichó el Rayo, estrenando la categoría juvenil en Liga Nacional. Alicante y Elche engrosan su larga trayectoria deportiva.