Emoción a raudales en el duelo entre los cadetes A del Alboraya y Hércules, con un justo empate del que no se conformaron ninguno de los dos equipos. Y la prueba fue la incertidumbre existente hasta el pitido final.

El equipo rojillo salió bien plantado al terreno de juego y la recompensa llegó en forma de gol cuando un avispado Carlitos dribó al portero y, sobre la línea de fondo, la puso en bandeja para que el 1-0 subiera al marcador. El Hércules no se amilanó y también buscó la portería, con un centro del campo que se convirtió en el terreno a conquistar por un Luis que se multiplicó tanto en la contención como en la creación.

En la segunda mitad, el Hércules apretó de lo lindo y estableció el empate tras un saque de esquina. Un 1-1 que no dio paso al conformismo, dado que el Alboraya también buscó el segundo. El encuentro se convirtió en un ida y vuelta, pero los rojillos disfrutaron de las últimas oportunidades. Reparto de puntos y bonito espectáculo.