PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORT MEDIA Corren tiempos difíciles en Huracán. El cambio de poder, el adiós de Seligrat y más factores pesan en el vestuario. Raúl Garrido, una persona curtida en mil batallas en el mundo del fútbol, está cogiendo el toro por los cuernos en este inicio de semana. Sus 'terapias' pretenden calar en el plantel para que el partido ante el Olot se convierta en un punto de inflexión.

Al nuevo preparador, que lleva 3 años vinculado al club, le pilló de imprevisto la noticia de que se convertía en entrenador del primer equipo. No tuvo tiempo de preparar en condiciones el partido de Copa ante el Barakaldo. Su primer resultado positivo llegó en La Feixa Llarga. Ahora, por fin, tiene una semana completa para preparar un partido y calar en el plantel. El técnico es consciente de que no es momento de sacar el látigo. Sus sesiones buscan dinamismo y, principalmente, un acercamiento al futbolista para evitar una mayor dispersión.

Huracán juega el sábado ante el Olot. Desde el club insisten que, pese a la adversidad, la afición tiene que implicarse. El San Gregorio tiene que vestir sus mejores galas. Los jugadores necesitan el apoyo de la afición más que nunca.