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No dan para más

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No dan para más

28/03/2014
SERGIO IZQUIERDO/GOLSPORT MEDIA Esto es lo que hay. El Valencia CF volvió a dejar patente hasta donde puede o quiere llegar este año en la competición liguera, aparcaremos de momento la Europa League. Anoche quedó plasmado sobre el cesped del Juegos del Mediterraneo lo que es a día de hoy este equipo, un grupo carente de lo más importante en una plantilla de máximo nivel,  ambición,  hambre de gloria, calidad, compromiso, oficio, y sobrado de lo innecesario, conformismo, holgazanería, pasotismo, etc. Es duro, pero es lo que hay. Con un 0-2 al descanso y enfrentándote a un equipo que es, con todos los respetos, infinítamente peor que los valencianistas, que no consigas la victoria, es digno del mejor guión de Hollywood. Nadie hubiera imaginado el deselance del encuentro, bueno si, los cansados aficinados del club de Mestalla ya no se fían de su equipo ni aunque fueran ganado 5-0.
 
Para mas INRI, no pudo comenzar mejor el partido. Cuándo solo habían transcurrido ocho segundos de partido, Keita adelantó a los suyos, y de paso firmó uno de los tres goles más rápidos de la historia de la Liga, así como el más tempranero en los 95 años del Valencia CF. El comienzo soñado por todos los entrenadores. Al cuarto de hora los de Pizzi ya habían creado varias ocasiones que hacían presagiar que el partido podía decantarse fácilmente para los blanquinegros. 
 
Pasados los 30 minutos, el "criticado" Vargas aprovechando una sensacional asistencia de Feghouli, puso el 0-2 en el marcador tras cruzar con mucha calidad el balón ante el que nada pudo hacer Esteban. Pero como decían los Looney Tunes, eso es todo amigos. Vargas no está devolviendo toda la confianza que le está brindando Pizzi. Se le ve calidad, velocidad, entrega, pero no termina de asentarse como una auténtica referencia en ataque.
 
El Valencia dominaba el partido, se gustaba, pero en esas llegó la lesión de Keita. El maliense, con evidentes gestos de dolor, tuvo que abandonar el campo en camilla para ser sustituido por Oriol Romeu que reaparecía tras su lesión de menisco, y como es lógico, notó la inactividad. Así se llego al descanso. 
 
La segunda mitad arrancó con varias llegadas del conjunto almeriense, en las que Vicent Guaita dejó buenas intervenciones. Parecía que por fin, el portero de Torrent, comenzaba a dar muestras de lo que fue antaño. Si, digo antaño, como los más viejos del lugar, por que suena a tan lejano el tiempo en que Guaita podía ser una de las banderas del valencianismo, que parece mentira que solo haya transcurrido un año. ¿Que te ha pasado Vicent?. Eras una de las esperanzas valencianas del club y ahora mismo eres una de las piezas más prescindibles.
 
Otro error suyo volvió a costar un gol. Despejó en balón donde nunca debe hacerse, al punto de penalti y así marca un gol hasta mi abuela. El 1-2 metío el miedo en el cuerpo a los de Pizzi, y a todos los valencianistas que se temían lo peor, y sólamente dos minutos después, ocurrió la tragedia. Corona hizo lo que le dió la gana y fusiló a Guaita.
 
A partir del empate, el Valencia cogió las riendas del juego, pero todo era un espejismo. Los lócales se replegaron para defender el empate como si de un tesoro se tratase. Pero los de Pizzi no supieron darle ese toque de calidad, esa ambición, ese empuje que tienen los grandes para revertir una situación adversa. Y es por una sencilla razón, por que este equipo no da para más.
 
En definitiva. Las posibilidades de clasificarse para la Europa League vía la séptima plaza, que triste suena eso para una entidad de la grandeza del Valencia CF, queda ya prácticamente para los más optimistas, cada vez menos, o para los futurólogos. La realidad es otra, a los de Pizzi les quedan ocho partidos para firmar la salvación y sobretodo no tirar más por tierra la imagen de un club por el que sufren miles de valencianistas.


Fotos  
  • levante-emv.com

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