Un triunfo más y una jornada menos. El alirón ya se masca y las calculadoras aparecen en Los Silos. El trámite ante el Tavernes Blanques se solventó no sin dificultades y el Burjassot ya roza la gloria de la Preferente. Los gualdimorados, que acabaron imponiendo su mayor insistencia y calidad, se armaron de paciencia hasta abrir el cerrojo en un partido que ya tenía tintes de trampa.

El resultado hubiese sido más abultado si, a los 3 minutos, el cabezazo de Moreno hubiera ido a las redes y no a la madera. No fue así y el paso de los minutos hizo crecerse al rival, que por momentos soñó con la proeza de pescar en territorio prohibido. El partido carecía de ritmo y al 'Burja' le costaba encontrar huecos, basando el peligro en pelotas aéreas que terminaban con algun testarazo como el de Chiqui, ligaramente desviado.

El marcador no se movía y los locales reclamaron dos penas máximas, sobretodo una a Miller. A vuelta de vestuarios, Puchol miró al banquillo en busca de soluciones. Jaime y Juanvi entraron al terreno de juego y la jugada salió redonda. Ambos conectaron en la acción que abrió el marcador. Con 1-0, los anfitriones no pasaron por apuros y la sentencia era cuestión de tiempo. Pedro, con un tanto de medio campo, levantó al público de sus asientos para firmar el 2-0 definitivo en un encuentro más difícil de lo previsto.