PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORTMEDIA Cómico episodio el vivido en la mañana del domingo en el Viña del Andaluz. El encuentro entre los cadetes del Avant Paterna y el Requena se inició con media hora larga de retraso al considerar el colegiado que las equipaciones de ambos conjuntos incitaban a confusión. Concretamente, las camisetas de ambos equipos tenían parte de color negro y el árbitro aplicó el reglamento al pie de la letra. Lo curioso del caso es que el Requena no llevaba la segunda equipación.

 

Bajo ese prisma, se mantuvieron conversaciones con los cuerpos técnicos de ambos equipos. Suspender el partido era un marrón para el Requena por el largo desplazamiento realizado. Una de las posibilidades manejadas fue acudir al carrefour situado a escasos 500 metros del campo de fútbol a comprar unas equipaciones. Finalmente, miembros del Avant Paterna fueron a las instalaciones de Terramelar para traer unos petos verdes para prestárselos al Requena y así poder jugar el partido. Curioso el ver que un equipo dispute un partido oficial con petos.

 

En el plano deportivo, el cadete del Avant Paterna era consciente de que afrontaba uno de los partidos más difíciles de la Liga, dado que su rival llegaba como segundo clasificado. Al descanso el marcador reflejaba el 0-1, aunque Roberto Espinosa tuvo el gol con un tiro a los pies del portero. Los visitantes, con una presión en la medular y tres jugadores de ataque, se adueñaron del partido. Fran y Nico fueron unos autéticos quebraderos de cabeza para la defensa del Avant.

 

En la segunda mitad,  el juego del equipo anfitrión mejoró con la entrada de Raúl y por su banda se generó peligro. El colegiado le perdonó la expulsión a Rubén, que fue reemplazado para evitar males mayores. En los mejores minutos del Avant Paterna llegó una contra que resultó letal. Un mal saque de esquina terminó con un desplazamiento en largo hacia Nico, que encaró a Villora y le fusilo con un trallazo por el centro. Ahí acabó el encuentro. El mismo futbolista estableció el 0-3 con un lanzamiento de falta directa. El Avant intentó apelar al orgullo, pero perdió la batalla del centro del campo. Un disparo cruzado de Raúl y otro desviado de Álex García fueron las últimas embestidas locales para recortar las diferencias.