PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORT MEDIA El United anunció la renovación de David de Gea hasta 2019 y el panorama del portero dio un giro radical que beneficia a sus intereses. Una prolongación de contrato para firmar la paz y abrirle al guardameta la puerta de la próxima Eurocopa con la Selección. “Soy feliz. El United es un club especial y estoy muy ilusionado con este nuevo reto”, decía el español.

Un auténtico respiro que no tiene muy merecido De Gea después de llevar meses y meses tensando la cuerda para marcharse al Real Madrid. Nadie duda de la profesionalidad de David, pero lo cierto es que su actitud durante el verano con el United no ha estado a la altura de las circunstancias. Sobró decirle a Van Gaal que su etapa en Old Trafford había concluido. Sobró 'borrarse' de la convocatoria del primer partido de la Premier League contra el Tottenham (como confirmó que así fue el entrenador de porteros del club Frans Hoek). Tampoco acertó al tolerar las acciones de su novia Edurne, deslizando en redes sociales que estaba cerca del Madrid. La cantante, en una entrevista al diario El Mundo, comentó literalmente que “todo será mucho más fácil cuando De Gea esté en Madrid”. 

Unos cuantos actos que rozaron la falta de respeto hacia un club que despositó 22 millones de euros para hacerse con sus servicios y le ofreció el mejor contrato de su carrera deportiva. Además, A de Gea también se le olvidó su pasado atlético. No tuvo muy en mente saber que a los aficionados del Atlético de Madrid, el club que le crió, no verían con buenos ojos al que fue su portero defendiendo la elástica de su eterno rival. Como prueba, la peña atlética De Gea de Ciudad Real retiró el nombre del portero y todas sus prendas. De Gea forzó demasiado y le debe una tanto al United como a su afición. El Manchester, con Romero, y Valdés, no tenía necesidad de renovarle (aunque acabe contrato). Pero lo hizo actuando como un club. Un señorío que ahora debe devolver De Gea.