PEPE RODRÍGUEZ / GOLSPORT  MEDIA Noche mágica en Mestalla y prueba superada. El Valencia, en un derroche final de pundonor y puntería, encarriló su pasaporte a la fase de grupos sacando jugo a sus virtudes y nadando entre los puntos débiles de su rival. Con una pegada que tantas alegrías ofreció el pasado curso y con el carácter de un equipo propio de Champions valió para esquivar los momentos de sufrimiento y marcharse a dormir con dos goles de renta. A buen seguro que no espera un camino de rosas en el Luis II. El Mónaco no es coser y cantar, pero el primer paso se ha dado.

Las dudas eran latentes. Una pretemporada irregular y una planificación en el ojo del huracán invitaban a la prudencia. Nuno apostó únicamente por uno de los fichajes en el once. Ryan. Y quedó demostrado que hay portero de garantías hasta la recuperación de Diego Alves. El australiano rozó la perfección: rápido en las salidas y desbaratando varias acciones que bien podían haber dado al traste con las ilusiones valencianistas. No se habían sentado los espectadores cuando Rodrigo ya había dinamitado la portería de Sabastic. Sin embargo, no todo lo que relucía era oro. El Mónaco fue poco a poco ganando terreno y se adueñó de la medular. Un callejón que empezaba a no tener salida para los de Nuno. Sobre todo a raiz de la media hora de juego. Las pérdidas de pelota eran contínuas. Ryan y la madera evitaron la tragedia antes del intermedio.

El revés iba a llegar a los pocos minutos de la segunda mitad. Tan frío como merecido. Un fallo de Vezo originó la asistencia de Martial a Pasalic, que anotó a placer la igualada. El delantero le robó la cartera al central portugués, que sufrió de lo lindo ante la habilidad de Cavaleiro, Bernardo Silva y Martial. Tres futbolistas que por momentos sembraron el pánico. Mestalla cruzaba los dedos. El Valencia estaba como el boxeador que casi besa la lona. Contra las cuerdas. El 1-2 parecía hasta cerca...pero el cielo se despejó con la entrada de Javi Fuego y Piatti. A partir de ahí, fue como si a los blanquinegros les hubieran puesto pilas nuevas. Como si un coche que estaba en la reserva pasa a tener el depósito lleno. La parcela ancha se equilibró. Tanto el 'Duende' como Feghouli se reactivaron y, tras una acción a tres bandas, Parejo fabricó el segundo con la colaboración de un defensor. Mestalla volvía a sonreir. Un arrebato de furia, dos tenores inesperados y una dosis de puntería habían cambiado el guión. El Valencia había resucitado y el colofón llegó con el tanto de Feghouli, que sacó de la chistera un preciso disparo que entró junto al palo y tras superar una maraña de futbolistas del Mónaco.

Lo mejor, el resultado. Confiarse está prohibido. Quedó demostrado que el Mónaco es un señor equipo, pero este Valencia tiene carácter y conserva las virtudes del año pasado. Y, lo mejor de todo, es el margen de mejora que tiene. Un último esfuerzo.

Ficha técnica:
3 - Valencia: Ryan, Barragán, Vezo, Mustafi, Gayà, Parejo, Enzo Pérez (Negredo, m.76), De Paul (Piatti, m.56), Feghouli, Alcácer (Javi Fuego, m.66) y Rodrigo.

1 - Mónaco: Subsic, Raggi, Carvalho, Wallace, Elderson, Pasalic (Bahlouli, m.76), Toulalan, Fabinho, Bernardo Silva (El Shaarawy, m.78), Martial e Iván Cavaleiro (Dirar, m.63).

Goles: 1-0, m.4: Rodrigo. 1-1, m.49: Pasalic. 2-1, m.59: Parejo. 3-1, m.86: Feghouli.

Árbitro: Mark Clattenburg (ENG). Amonestó a por el Valencia a Mustafi, Parejo y Feghouli y por el Mónaco a Bernardo Silva, Pasalic, Dirar y Raggi.