El Atlético Levante comienza a ver la luz al final del túnel. El vestuario azulgrana ha recuperado la sonrisa desde la llegada de Toni Aparicio al banquillo. El efecto del nuevo entrenador se ha notado y el equipo ha enlazado una racha de tres partidos consecutivos sin conocer la derrota. Una secuencia de resultados que le permite sacar tímidamente la cabeza de la zona baja. El camino que queda es duro de recorrer, pero un punto separa de los puestos de permanencia.

Aparicio, cuya experiencia en la categoría y trayectoria como entrenador es incuestionable, ha dotado al futbolista de caracter y la confianza ha vuelto. Los números no engañan y el equipo ha asimilado rápidamente sus ideas. La mejoría está empezando desde atrás; en los tres partidos que el de Enguera lleva en el banco solo se ha encajado un gol, con un balance de dos empates y un triunfo.El 1-2 cosechado en el derbi ante el Mestalla supone la aspirina definitiva que necesitaba el filial para creer en la permanencia.

El Atlético Levante descansará el próximo fin de semana al tocarle enfrentarse al extinguido Huracán, pero no perderá ojo a sus rivales directos. Olímpic y Pobla Mafumet esperan a los granotas en dos partidos con tintes vitales, pero antes habrá que lidiar el próximo 3 de abril con la difícil visita al Pepico Amat para medirse al CD Eldense. El equipo, que llegó a encadenar ocho jornadas seguidas sin ganar, ha recuperado el espíritu competetivo y la salvación, impensable hace unas semanas, la ven factible.